domingo, 15 de junio de 2025

Thurston Moore está cantando una canción de Lou Reed

 


No me siento nada bien, estoy cansado, se me cierran los párpados, llevo dos noches consecutivas durmiendo poco, en la semana recibí buenas noticias y he estado tan excitado por las buenas noticias que me desperté a las 4 ó 5 de la mañana, igual que ayer, y ya no pude volverme a dormir, igual que ayer. 

Alexa reprodujo esta canción, son las 12 y media del domingo, se celebra el día del padre, ya me comuniqué con mi papá, ya me comuniqué con mi hermano, Thurston Moore está cantando una canción que le he escuchado cantar a Lou Reed, tal vez se trate de una canción de The Velvet Underground, lo único que he querido hacer desde hace más de un mes, cuando comenzó el curso de doctorado que impartí cada sábado de 9 a 12, es sentarme a escribir, tomarme un par de whiskies y escuchar alguna de las playlists que uso para escribir o para correr, pero los fines de semana han dejado de ser míos.

Los ojos me escuecen, se me cierran los párpados, ya no puedo escribir. 

lunes, 5 de mayo de 2025

Neblina

Tengo arcadas, tengo la impresión de que en cualquier momento me pondré ansioso, también tengo dificultades para pensar, es como si tuviera una neblina en la mente, me desperté hace un par de horas, ya alimenté a los gatos, ya les cambié el agua, ya leí a Carrère, leí y no leí, seguía pensando en lo que soñé antes de despertar, era un sueño gris, pero me sentía tan triste, simplemente me decía que ya no podía pasar nada peor, que ninguna mala racha puede durar para siempre, y también me decía que quizá no tengo mucho entusiasmo para continuar luchando, que sé que debo continuar luchando, pero que ya no quiero continuar luchando, no puedo dejar de pensar en ese sueño, en las últimas semanas mis sueños de cada lunes por la mañana son iguales, leía sin prestarle atención a la novela de Carrère, tal vez leí 20 páginas, pero siempre estuve pensando en lo otro, en que es un asco el mundo, en que éste no es el mundo de Dios, en que éste es el mundo de las personas, también pensaba en que ya no puede pasar nada peor, en que una mala racha no puede durar para siempre, y tengo arcadas, y tengo sueño, y una neblina cruza mi mente, y no quisiera hacer nada más que tumbarme en la cama y desaparecer como los animales que hibernan y despertar cuando mi vida sea mejor.

sábado, 12 de abril de 2025

Esta hamburguesa ya no sabe a nada


La última vez que estuvimos aquí fue en enero, cenamos lo mismo que estoy comiendo, la hamburguesa me supo un poco mejor, sólo han transcurrido cuatro meses desde entonces, pero teníamos más dinero y aún tenía fe en la academia, tal vez no nos sentamos en la misma mesa, nos encontramos a un par de vecinas, nos dieron un aventón en su auto, platicamos sobre cualquier cosa, empezar el año así representaba algo poco común, creía que significaba algo, que nuestras vidas cambiarían radicalmente, ahora hace calor, van a dar las dos de la tarde, estamos en el mismo Vips, no sólo estuvimos aquí en enero, también estuvimos aquí el verano pasado, invitamos a tus papás y a tu hermana, volvíamos de Puerto Vallarta, eran otros tiempos, también comimos aquí cuando el SNII me otorgó la distinción de Investigador Nacional Nivel II, me llevaba a la boca la Vips clásica con queso de entonces cuando el Rector de la universidad me felicitaba por correo-e, las meseras más o menos nos ubicaban y más o menos las ubicábamos, solíamos comer al menos una vez a la semana en este Vips, no volvíamos desde enero, las meseras son otras meseras, no me trajeron la Vips clásica con queso de siempre, se equivocaron, me trajeron una Champions, ésta tiene un montón de aderezo de chipotle, lo odio, también odio que en todas partes pongan el aire condicionado al máximo en época de calores, tengo un umbral bajo para el frío y un umbral alto para el calor, nadie lo entiende, no sé si es posible.

Son otros tiempos, la hamburguesa ya no tiene chiste para mí, he tropezado con la misma pared cuatro o cinco veces desde octubre, este negocio de la academia es una campaña política, en realidad a la mayoría de los académicos que tienen poder no le importa que estés en el SNII, que tus clases sean estupendas, que publiques al menos un paper al año y que hagas lo posible por publicar en revistas Q1, a la mayoría de los académicos le importan otras cosas que no son académicas, le hacen campaña política a candidatos que son torpes, que son incapaces de hacer nada por sí solos, que no dan clases, que sólo ponen a los estudiantes a exponer, que sólo leen diapositivas, que sólo publican con las mismas tres personas de siempre, y todos voltean a otro lado, ya tienen seguro un salario, para qué se esfuerzan, para qué luchan por la transparencia, y todo eso es un asco, un asco como esta hamburguesa y como este aire acondicionado al máximo.    

domingo, 16 de marzo de 2025

Somethings Will Never Change

Por X o por Y, acompañamos a AJ a Town Square, un amigo quería verla y ella no quería estar sola con nadie. Yo no tenía muchas ganas de salir. Para huir de esta horrible realidad en la que acabo de publicar mi paper #20 en inglés, oficialmente (en el papel) obtener la distinción de Investigador Nacional Nivel II (con una trayectoria de más de 40 cursos de licenciatura y posgrado y más de 60 charlas de divulgación de la ciencia, en diez años), y concursar por 7 plazas de académico de tiempo completo en México (mi perfil no era el perfil más ad hoc en ninguna), en los últimos 4 ó 5 meses, leía a Carrère y a Kerouac, y preparaba mi presentación para un curso de medicina de sueño al que asistiré la próxima semana en Monterrey (el trabajo no para, pero mi cuenta bancaria no es un pozo sin fondo), pero le habíamos ofrecido cualquier cosa que necesitara a AJ. Me había despertado desde muy temprano, me había puesto a escribir, a adelantar trabajo (el trabajo no para, pero mi cuenta bancaria no es un pozo sin fondo): la revisión de ese MS de Frontiers in Psychiatry, la tesis de maestría del estudiante de RM..., y había escuchado esta canción de Britney Spears que quién sabe por qué ejerce un efecto hipnótico, me remonta a un punto de la pandemia, alguna tarde de viernes en la que andábamos cerca de Town Square, creo que cuando tuvieron que extraerme una muela, y en el auto sonaba esta canción, y de pronto habían transcurrido más de cuarenta minutos y yo traía shorts y sentía frío, y la sensación me molestó, ya estamos en esos días en los que no necesitas traer diez kilos de ropa a todas partes y sin embargo tampoco estamos en primavera.

El punto es que salimos a Town Square entre las 3 y las 4, y a las 6 ó 7 estábamos afuera de una casa en un fraccionamiento de Las Partidas, jugamos con 3 ó 4 gatitos de la calle, me rompieron el corazón, tuvimos que tomar un Uber y caminar unos metros sobre Las Partidas, y todo esto me remontó a 6 años atrás, cuando vivíamos en otro fraccionamiento por Las Partidas, acabábamos de llegar a Lerma, en ese lugar hacía frío hasta en la primavera, pasamos una situación económica horrible porque la universidad estuvo en huelga durante 3 meses, a veces salíamos a caminar por Las Partidas, como siempre, estábamos unidos, pero viviendo al límite, con nuestros ahorros. En fin, algunas cosas no cambian nunca, como dice esa canción de los Meat Puppets. 

lunes, 3 de marzo de 2025

I'm getting tired of starting again

 


«¡Se nos adelantó la primavera...!», me dice, y me alcanza una bolsita de plástico. Mete las cinco velas aromáticas que acabamos de comprarle –dos de manzana con canela, una de lavanda, una de cereza y una de limón–, en la bolsita. Esperamos nuestras bebidas en el Jirito, una cafetería que descubrimos hace uno o dos meses, una de esas mañanas de sábado en las que impartía un curso de doctorado en línea, de nueve a doce, cuando tenía hérpes Zóster, y tomábamos un Uber a Town Square y luego caminábamos hasta el centro de Metepec. 

Como hemos hecho desde hace casi un mes, venimos al tianguis de Metepec cada lunes, después de mi seminario en línea, el seminario de hoy me interesó mucho, una psiquiatra nos habló sobre insomnio en pacientes con trastorno del espectro autista, nos contó de las alteraciones sensoriales de estos pacientes, nos habló del caso de un niño que, de pronto, empezó a aborrecer a la abuela, la abuela siempre iba por él a la escuela, cierto día el niño se rehusó, la colega psiquiatra estudió el caso de su paciente y concluyó que la abuela cambió de perfume y que ese perfume le resultaba insoportable al niño. La colega psiquiatra también nos habló sobre los tratamientos farmacológicos que prescribe para sus pacientes, a algunos les receta metilfenidato, a otros les receta antipsicóticos o gabapentina, depende de las comorbilidades de cada paciente. Le pregunté algo al final de su seminario, también nos había contado cómo identifica qué clase de desequilibrio neuroquímico puede tener un paciente en particular, a partir de su interacción con ellos, y eso me pareció fabuloso, es la clase de habilidad que me gustaría adquirir: saltar de la investigación con animales, en un ambiente experimental altamente controlado, a la realidad. Me desconecté de Zoom alrededor de las 11: 30 y me acordé de la última vez que vi a la colega psiquiatra, en septiembre del año pasado, en la inauguración de la clínica en la que ella y los colegas del seminario trabajan, me tomé varias copas de vino tinto y gran parte de nuestra conversación es un blackout, pero recuerdo que le dije que uno de mis sueños frustrados es ser psiquiatra, que me gustaría aprender a dar consulta, ver cómo es la realidad, más allá de la investigación básica. Creo que ella me invitó a acercarme a la clínica.

Lizzie se acerca a la mesa, la gente pasa por aquí y por allá, el ruido del tianguis de lunes no para, quisiera escribir tantas cosas. No estoy melancólico, como otros lunes. Me pregunto cuándo digeriré todas estas visitas de las últimas semanas al tianguis, cuándo podré escribir sobre estas visitas, cuándo todo esto formará parte de un recuerdo, de cuando estaba en la etapa laboral más oscura de mi vida.

domingo, 26 de enero de 2025

We'll make great pets


Perry Farrell canta, me esfuerzo por recordar ese concierto que fue nota de cuatro columnas hace unos meses, cuando se peleó con Dave Navarro en el escenario, le soltó uno o dos puñetazos, el concierto fue suspendido, la gira de Jane's Addiction fue suspendida, después Dave Navarro dijo a los medios que Perry Farrell está enfermo, que tiene problemas de adicción, en fin, me esfuerzo por recordar todos estos eventos, pero lo hago porque suena esta canción de Porno for Pyros, y me hace sentir mal, ya la había escuchado mucho antes de asociarla contigo y sentirme así, ya la había escuchado mucho antes de que Perry Farrell le diera un puñetazo a Dave Navarro en un concierto en Boston y de que fuera suspendida la gira de Jane's Addiction, pero ahora me rompe el alma; estaba terminando de contestarle al Referee #5 de esta revisión que un colega de la Universidad Veracruzana me invitó a escribir y Alexa la reprodujo sin que yo se lo pidiera. 

Tengo alergia estacional y estoy sorbiendo los mocos y tratando de pensar en cosas positivas, en que esta mala racha no puede ser tan larga, pero en que siempre habrá Referees como el Referee #5, y la canción me hace pensar en ti, en cómo nos conocimos, en cuántas veces escuché como sadomasoquista esta canción de Porno for Pyros después de que me dieran la noticia, y me acuerdo de cómo nos conocimos, ni siquiera había conocido a Lizzie, ni siquiera había dado clases en la UNAM, fue mucho antes de ingresar al doctorado, una tarde mi abuela llamó por teléfono a mi mamá y le dijo que estabas en su casa, mi abuela sabía cuánto sufríamos mi mamá y yo porque Sócrates, ese terrible y encantador felino, no había vuelto a la casa en varios meses, ya nunca volvería y ni mi mamá ni yo lo superábamos, y entonces la abuela le preguntó a mi mamá si queríamos adoptarte y luego Eugenia me contó que la abuela te tenía en su casa y me preguntó si íbamos por ti y yo le dije que sí, que por supuesto que sí, y fuimos por ti a casa de la abuela, y la abuela le había advertido a mi mamá que tus antiguos humanos no te cuidaban, que te tenían en un pequeño granero, con un montón de gallinas y pollos, que no maullabas, que hacías esos sonidos que hacen los pollos y las gallinas –¡cuánto me duele acordarme de ti!, ¡se me cierra la garganta!, ¡es como si alguien me pusiera las manos alrededor del cuello!, ¡los ojos se me van llenando de lágrimas!, ¡es un dolor tan intenso!–, y entonces te transportamos desde la casa de mi abuela hasta la casa de mis papás, y todo el tiempo hacías esos sonidos que hacen las gallinas y los pollos, y estabas a la defensiva, en verdad parecía que nadie te cuidaba como lo merecías, que sólo te tenían en un granero, con un montón de gallinas y pollos, que no conocías otro tipo de vida, que a lo mejor para ti la vida no podría ser mejor que estar en un granero, pero fuimos muy felices, Camila, nunca se te quitó lo huraña, una vez Lizzie y yo veíamos una película en mi recámara en casa de mis papás, creo que era Texas chainsaw massacre, creo que era un sábado por la mañana, cuando acaba de entrar al doctorado, y allí estabas con nosotros dos, y a tu manera nos mostrabas que también nos querías, y de pronto Leatherface apareció en la pantalla y te asustaste y saliste corriendo de la recámara, y ocurrieron muchísimas cosas más, convivimos más de quince años, tuviste tres gatitos, nadie se había dado cuenta de que estabas embarazada, le dije a Eugenia que parecía que estabas embarazada y al principio no me creyó, pero eventualmente notó que por eso habías estado más huraña y a la defensiva que de costumbre.

Cuando nos mudamos de casa, dejé de verte mucho tiempo, sólo te veía cuando visitaba a mis papás, pero siempre te aparecías y te acercabas a mí y me dejabas acariciarte el lomo y me lanzabas esa mirada azul acero, teníamos un vínculo, y a lo mejor tu mirada decía que no comprendías por qué ya no nos veíamos a diario y por qué ya no veíamos a Leatherface y yo la ignoré, di por hecho que serías eterna, y transcurrieron más y más años, acabé el doctorado, ingresé al posdoc, ingresé al SNII, fui profesor visitante, fui profesor asociado, tenía un contrato temporal horrible, casi 15 horas de clase a la semana y ninguna seguridad de que las cosas mejorarían a corto plazo, y salía a la escuela a impartir una clase de Neurodesarrollo cuando me llegó un What's: era mi papá, me dio la noticia, habías trascendido. 

Se me hizo un nudo en la garganta, me acordé de todas estas cosas, de cómo Eugenia y yo fuimos por ti a casa de la abuela, me acordé de cómo habías salido corriendo de la recámara cuando apareció Leatherface en la pantalla, me acordé de tu mirada azul acero, me acordé de tus sonidos de pollo y de gallina, me acordé de cuando sospeché que estabas embarazada, y me acordé de asuntos más recientes, Eugenia ya me había dicho que últimamente estabas débil y apática, que no querías estar con tus hijos, que te echabas en un rincón todo el día, que no querías comer, que un veterinario ya te había visto, que no estabas enferma, que sólo estabas viejita. 

Después de leer el What's, salí a la universidad, me concentré en la clase, traté de no pensar en ti, de no culparme porque ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que te vi. 

La voz de Perry Farrell y la música me doblegan, no puedo evitarlo, me acuerdo otra vez de todas estas cosas, de cómo te conocí, de cómo dejé de verte todos los días, de cómo me dejé absorber por la inercia de muchos trabajos inestables, de que no sé cuándo te vi por última vez, que, de haberlo sabido, habría acariciado tu lomo mucho mucho tiempo, y luego tu cara, y luego me habría quedado viendo tu mirada azul acero, y te habría dicho cosas con cariño, te habría preguntado si te acordabas de todo, de cómo nos conocimos, de cuando estabas embarazada, de cuando veías películas con Lizzie y conmigo, de cuando Leatherface te asustó, y nos habríamos reído, cada quien lo habría hecho a su manera, y también te habría preguntado si te acordabas de cuando nos tomábamos fotos, de cuando ni siquiera había entrado al doctorado.