domingo, 26 de enero de 2025

We'll make great pets


Perry Farrell canta, me esfuerzo por recordar ese concierto que fue nota de cuatro columnas hace unos meses, cuando se peleó con Dave Navarro en el escenario, le soltó uno o dos puñetazos, el concierto fue suspendido, la gira de Jane's Addiction fue suspendida, después Dave Navarro dijo a los medios que Perry Farrell está enfermo, que tiene problemas de adicción, en fin, me esfuerzo por recordar todos estos eventos, pero lo hago porque suena esta canción de Porno for Pyros, y me hace sentir mal, ya la había escuchado mucho antes de asociarla contigo y sentirme así, ya la había escuchado mucho antes de que Perry Farrell le diera un puñetazo a Dave Navarro en un concierto en Boston y de que fuera suspendida la gira de Jane's Addiction, pero ahora me rompe el alma; estaba terminando de contestarle al Referee #5 de esta revisión que un colega de la Universidad Veracruzana me invitó a escribir y Alexa la reprodujo sin que yo se lo pidiera. 

Tengo alergia estacional y estoy sorbiendo los mocos y tratando de pensar en cosas positivas, en que esta mala racha no puede ser tan larga, pero en que siempre habrá Referees como el Referee #5, y la canción me hace pensar en ti, en cómo nos conocimos, en cuántas veces escuché como sadomasoquista esta canción de Porno for Pyros después de que me dieran la noticia, y me acuerdo de cómo nos conocimos, ni siquiera había conocido a Lizzie, ni siquiera había dado clases en la UNAM, fue mucho antes de ingresar al doctorado, una tarde mi abuela llamó por teléfono a mi mamá y le dijo que estabas en su casa, mi abuela sabía cuánto sufríamos mi mamá y yo porque Sócrates, ese terrible y encantador felino, no había vuelto a la casa en varios meses, ya nunca volvería y ni mi mamá ni yo lo superábamos, y entonces la abuela le preguntó a mi mamá si queríamos adoptarte y luego Eugenia me contó que la abuela te tenía en su casa y me preguntó si íbamos por ti y yo le dije que sí, que por supuesto que sí, y fuimos por ti a casa de la abuela, y la abuela le había advertido a mi mamá que tus antiguos humanos no te cuidaban, que te tenían en un pequeño granero, con un montón de gallinas y pollos, que no maullabas, que hacías esos sonidos que hacen los pollos y las gallinas –¡cuánto me duele acordarme de ti!, ¡se me cierra la garganta!, ¡es como si alguien me pusiera las manos alrededor del cuello!, ¡los ojos se me van llenando de lágrimas!, ¡es un dolor tan intenso!–, y entonces te transportamos desde la casa de mi abuela hasta la casa de mis papás, y todo el tiempo hacías esos sonidos que hacen las gallinas y los pollos, y estabas a la defensiva, en verdad parecía que nadie te cuidaba como lo merecías, que sólo te tenían en un granero, con un montón de gallinas y pollos, que no conocías otro tipo de vida, que a lo mejor para ti la vida no podría ser mejor que estar en un granero, pero fuimos muy felices, Camila, nunca se te quitó lo huraña, una vez Lizzie y yo veíamos una película en mi recámara en casa de mis papás, creo que era Texas chainsaw massacre, creo que era un sábado por la mañana, cuando acaba de entrar al doctorado, y allí estabas con nosotros dos, y a tu manera nos mostrabas que también nos querías, y de pronto Leatherface apareció en la pantalla y te asustaste y saliste corriendo de la recámara, y ocurrieron muchísimas cosas más, convivimos más de quince años, tuviste tres gatitos, nadie se había dado cuenta de que estabas embarazada, le dije a Eugenia que parecía que estabas embarazada y al principio no me creyó, pero eventualmente notó que por eso habías estado más huraña y a la defensiva que de costumbre.

Cuando nos mudamos de casa, dejé de verte mucho tiempo, sólo te veía cuando visitaba a mis papás, pero siempre te aparecías y te acercabas a mí y me dejabas acariciarte el lomo y me lanzabas esa mirada azul acero, teníamos un vínculo, y a lo mejor tu mirada decía que no comprendías por qué ya no nos veíamos a diario y por qué ya no veíamos a Leatherface y yo la ignoré, di por hecho que serías eterna, y transcurrieron más y más años, acabé el doctorado, ingresé al posdoc, ingresé al SNII, fui profesor visitante, fui profesor asociado, tenía un contrato temporal horrible, casi 15 horas de clase a la semana y ninguna seguridad de que las cosas mejorarían a corto plazo, y salía a la escuela a impartir una clase de Neurodesarrollo cuando me llegó un What's: era mi papá, me dio la noticia, habías trascendido. 

Se me hizo un nudo en la garganta, me acordé de todas estas cosas, de cómo Eugenia y yo fuimos por ti a casa de la abuela, me acordé de cómo habías salido corriendo de la recámara cuando apareció Leatherface en la pantalla, me acordé de tu mirada azul acero, me acordé de tus sonidos de pollo y de gallina, me acordé de cuando sospeché que estabas embarazada, y me acordé de asuntos más recientes, Eugenia ya me había dicho que últimamente estabas débil y apática, que no querías estar con tus hijos, que te echabas en un rincón todo el día, que no querías comer, que un veterinario ya te había visto, que no estabas enferma, que sólo estabas viejita. 

Después de leer el What's, salí a la universidad, me concentré en la clase, traté de no pensar en ti, de no culparme porque ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que te vi. 

La voz de Perry Farrell y la música me doblegan, no puedo evitarlo, me acuerdo otra vez de todas estas cosas, de cómo te conocí, de cómo dejé de verte todos los días, de cómo me dejé absorber por la inercia de muchos trabajos inestables, de que no sé cuándo te vi por última vez, que, de haberlo sabido, habría acariciado tu lomo mucho mucho tiempo, y luego tu cara, y luego me habría quedado viendo tu mirada azul acero, y te habría dicho cosas con cariño, te habría preguntado si te acordabas de todo, de cómo nos conocimos, de cuando estabas embarazada, de cuando veías películas con Lizzie y conmigo, de cuando Leatherface te asustó, y nos habríamos reído, cada quien lo habría hecho a su manera, y también te habría preguntado si te acordabas de cuando nos tomábamos fotos, de cuando ni siquiera había entrado al doctorado.

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