lunes, 22 de abril de 2024

Picar piedra


Ayer me puse los audífonos inalámbricos y empecé a aporrear el teclado
ya había hecho las labores domésticas de todos los días
y justamente en el cumpleaños de mi enemigo público #1
pude cerrar una idea que me daba vueltas en la cabeza desde el 18 de febrero
y no era consciente de ello, sólo me desconecté de la realidad
y me encontré esa entrada inconclusa que intenté escribir el 18 de febrero

Y en los audífonos Robert Smith cantaba “Waiting For The Deathblow”
y Pornography sonó una y otra vez, acaso tres o cuatro veces,
y finalmente concluí esa idea que me dio vueltas en la cabeza durante dos meses

Hoy me mido la glucosa y me siento del carajo
una cosa lleva a otra y veo que en todo el mes ha estado por los cielos
me da mucha hambre, no puedo controlar mi apetito
apenas como y ya tengo hambre
no importa cuán ocupado esté

En todo el mes sólo dos días he tenido niveles decentes de glucosa 
más o menos como debería estar 
si mi abuelo materno y mi bisabuelo paterno 
no me hubieran heredado nada
y si la pandemia no hubiera detonado
esta maldición

En ayuno un día tuve 121 mg/dl 
y ayer tuve 109 mg/dl
y hoy tuve 181 mg/dl
y está fatal
y recuerdo todo lo que comí y bebí ayer
y sin embargo la cabeza no está a punto de estallarme
y es un milagro
como el de esa canción de Leonard Cohen

El martes 16 de abril cumplí 3 meses sin fumar
y de vez en cuando, sobre todo al final de un día atareado,
se me antoja un Camel,
salir a la terraza, sentarme junto a la mesita de mármol,
sacarlo de la cajetilla, encenderlo,
sentir cómo la expectativa de dopamina
carbura en mi cerebro,
y darle una chupada

Pero no significa nada esta abstinencia
recaí durante casi 9 meses
y nunca fumé más de 5 cigarrillos al día
ni siquiera cuando estaba medio borracho
o totalmente borracho

Pero no significa nada esta abstinencia
dejé de fumar durante 8 años
y antes de eso fumaba tanto que tenía dedos de nicotina
y fumaba en ayuno
y mientras me bañaba
y mientras alimentaba a los gatos
y mientras caminaba hacia el laboratorio
del quinto piso de la facultad de medicina
todos los días por las mañanas
antes de que mi enemigo público #1
se convirtiera en eso
en mi enemigo público #1

En retrospectiva, creo que fumar me ayudaba un poco
cuando fumaba no comía como una rata con su hipotálamo jodido
o más bien creo que era un efecto placebo
o sólo mantenía mi boca y mi mente
ocupadas por la expectativa de un Camel

Mientras escribía esta mañana 
después de pincharme un dedo y medirme la glucosa
con el sacrificio de sangre de todos los días
de los últimos tres años
me puse a pensar en varias cosas 

En picar piedra

En algunos colegas que llegaron al mismo tiempo que yo 
a esta universidad
y entonces cuando llegamos los tres a esta universidad
yo ya tenía 5 años de experiencia docente 
como profesor de asignatura
y ya era Investigador Nacional I
y ya tenía hasta un paper como autor corresponsal
y ellos llegaron a esta universidad a adquirir experiencia docente 
y ni siquiera eran candidatos a Investigadores Nacionales

Y no es que me caigan mal ni nada similar
sólo que ellos ahora ya son profesores indeterminados
y yo sigo picando piedra
y no veo cuándo cambiará la situación
y ya hasta busqué promoverme a Investigador Nacional II
en esta convocatoria del SNII

Leo las cosas que escribo atropelladamente en mis blogs
Leo las cosas que escribo improvisadamente en mis blogs
Leo las cosas que escribo caóticamente en mis blogs

Y pienso en que mi primer blog lo comencé a usar en el 2006
y no es una trivialidad
ya escribía desde mucho antes
desde que aprendí a escribir
y mis blogs son un reflejo de todo lo que hago
y me pregunto si alguien se dará cuenta 
que todo esto que hago, no lo hace cualquier persona

Me pregunto si alguien leyera todas estas cosas atropelladas,
improvisadas y caóticas que escribo, diría algo bueno sobre mí
y reconociera un poco de todas las cosas que hago

Me pregunto si me daría crédito
o si diría que tengo que seguir picando piedra
que estoy condenado por mi círculo social
que nunca voy a dejar de usar martillo y cincel
aunque tenga una colección de Moleskine

Me pregunto si pensaría
«Si Marcel escribía todas estas cosas en sus ratos libres,
¿qué haría, profesionalmente?,
¿por qué nadie se daba cuenta que tenía que sortear tantos obstáculos?,
¿por qué nadie se daba cuenta que siempre 
estaba nadando para llegar a la orilla?,
¿por qué nadie se daba cuenta 
que se mantenía a flote, a pesar de todo?,
¿por qué nadie se daba cuenta que, 
cuando parecía que estaba cerca de la orilla, 
su mundo se convertía en un océano?,
¿por qué nadie se daba cuenta que siempre 
aparecía alguna autoridad que aseveraba 
“¡Por favor!, Marcel ni siquiera se ha metido al agua”, 
y que todos los followers de esa autoridad miraban a otro lado...?»

Mi senior cat llora desconsoladamente
maúlla como si estuviera ocurriéndole 
lo más terrible que pudiera ocurrirle a un gato
y me hace salir a la superficie de este lunes 22 de abril del 2024

Me duele un poco la cabeza
Tengo un ataque de sueño
La visión borrosa
Un calambre en la mano izquierda

Mi senior cat siempre hace lo mismo 
cuando toma a su perro de peluche
y lo acarrea con el hocico de un lado a otro de la casa
y lo sube por las escaleras, y lo baja a la cocina,
y lo pone junto al recipiente con agua, 
y lo muerde y lo arrastra por aquí y por allá,
y no deja de llorar desconsoladamente

Y yo no puedo ignorarlo
y siento cómo si alguien me pasara un cuchillo por la garganta
como si estuviera desangrándome
como si siempre tuviera que estar nadando contra la corriente
como si mi vida se convirtiera en un océano
cuando estoy llegando finalmente a la orilla

Supongo que el perro de peluche de mi senior cat 
le recuerda a su mamá

A él lo abandonaron en la calle cuando era un bebé
y nosotros lo adoptamos y él es muy feliz
pero no ha superado ese trauma de la separación 
tiene su estrés postraumático

A su manera, él también 
está condenado a picar piedra
eternamente

domingo, 21 de abril de 2024

la paradoja del paper aceptado pero no publicado

el punto es aprender, no olvidar que hace 3 años, en la Navidad, ya estaba escrita la primera versión de este MS, que tuve que insistir mucho para que los PI's no lo ignoraran, que esperé casi medio año para obtener la primera retroalimentación de uno de ellos, el punto es que yo propuse este MS, que me metí a un terreno que no me gusta, que no domino, que hice todo yo solo (una vez más), que volví a hacer todas las funciones de un corresponsal pero que en el papel me relegaron al papel del primer autor (una vez más), el punto es que esto me hace sentir como si estuviera en el posgrado o como si fuera un posdoc, como si estuviera estancado, que parece una letanía hacer el trabajo del corresponsal y no ser el corresponsal (una vez más) y no tener la última palabra y no tener autoridad para agilizar nada, ningún trámite, y no poder tomar decisiones sobre nada, sólo esperar por vistos buenos y tener que seguir esperando vistos buenos, que los PI's se aferren a mandar el MS a revisión de estilo, que no estén enterados de que apenas dentro de un mes cumpliré diez años de haber hecho mi examen de grado del doctorado y que ya tengo casi veinte papers publicados (más del 90% en revistas internacionales evaluadas por pares), que en la mayoría soy autor principal o autor corresponsal, que yo he escrito estos papers en inglés, que algunos ni siquiera los he mandado a revisión de estilo, que por eso obtuve el nombramiento de Investigador Nacional I en mi primera solicitud de ingreso al SNII, el punto es que todo esto te hace sentir que sólo sigues instrucciones, que no tienes iniciativa aunque hayas propuesto un MS y aunque lo hayas escrito tú solo y aunque ya no estés en el posgrado ni en el posdoc, que tal vez estás dramatizando, que todo esto te remonta al estrés postraumático que asocias con tu enemigo público #1, que tal vez le das la razón a los académicos que se vuelven controladores, que tienen una necesidad de poder muy alta, que tal vez la academia te orilla a ver las cosas así, el punto es que yo escribí solo este MS, que yo lo propuse, que fue un reto personal que yo me impuse, que le contesté yo solo las cuarenta y tantas peticiones a los revisores, que el MS fue aceptado, que aprendí a hacer figuras profesionalmente, que el MS ya está aceptado, que lo escribí yo solo, que todo el proceso con este MS es un recordatorio de que yo puedo publicar solo, que no necesito a nadie, que debo pensar que las revistas te están forzando a pagar por las publicaciones, que ninguna institución quiere pagar por este MS, que hay tres instituciones involucradas, el punto es que yo hice todo solo, que escribí una revisión en un tema que no me vuelve loco, que yo solo subí el MS a la plataforma de la revista (como otras tantas veces, con otros tantos MSs), que yo solo les contesté a los revisores, que el paper ya está aceptado, que ninguna de las tres instituciones involucradas en este MS quiere pagar la publicación, que no tendríamos por qué pagar, que este es nuestro trabajo y que además tenemos que pagarle a la revista, que hoy es domingo, que tengo resaca, que la calidad del aire es pésima, que ayer salí a correr, que tengo sed, que estoy deshidratado, que me siento triste, que publicar puede resultar frustrante, que esta experiencia me remonta a otra experiencia en la que una colega me dejó colgado con unos datos de uno de los grupos control, que aun así escribí un MS con los datos que tenía, que iba a ser autor corresponsal en ese paper, que había cuatro personas como coautores, que acabé de escribir ese MS en unas vacaciones de Navidad, que sometí ese MS a una revista que no cobraba Open Access, que rechazaron ese paper casi de inmediato –¡faltaban los datos de uno de los grupos control!–, que lo escribí yo solo, que odiaba los datos que tenía, que la revista rechazó el paper pero nos recomendó someterlo a otra revista con Open Access, que ya no podré rescatar esos datos porque eso implicaría correr todos los experimentos desde cero, que ya no tengo paciencia para correr esos experimentos, que odio las técnicas de biología molecular, que mis torpes manos son incapaces de seguir correctamente un protocolo de Western Blot, que tengo desesperanza aprendida, que quién sabe cuántas veces mis ex compañeros del posgrado sabotearon mis protocolos de inmunofluorescencia, que ya no tengo tiempo para agrupar en camadas pequeñas a varios grupos de ratas desde el día postnatal tres y hasta el día postnatal veintiuno, el punto es que el edificio en el que se llevaron a cabo los experimentos originales de este MS que rechazó la revista casi de inmediato sufrió daño estructural en el terremoto del 2017 y que el edificio ya fue demolido, que no podría usar estos datos y compararlos con otros datos generados en un lugar totalmente distinto, el punto es que tenemos que pagar por el trabajo que hacemos y que me gusta escribir desde que aprendí a escribir, que me obsesiona lo que escribo, que he pasado varias madrugadas escribiendo en lugar de dormir, que he pasado varias semanas de vacaciones escribiendo en lugar de descansar, que he aborrecido tener que interrumpir mi escritura porque tengo que comer, el punto es que la academia me está poniendo muchos obstáculos cuando escribo y quiero publicar, que me urge publicar un libro de relatos, que necesito esa paz mental, que todo lo que ha pasado es una muestra de mis capacidades y límites y que ya no es necesario que mi prioridad sea buscar alianzas con mis pares para publicar, que mis pares no tienen por qué saber cuánto me gusta escribir ni tienen por qué darme crédito si soy un huérfano académico y siempre tengo que empezar de cero, el punto es que al final yo sé cuál es el punto.

domingo, 31 de marzo de 2024

Nadie se da cuenta de nada

Alexa dice que hoy atardecerá a las 18: 53. Estoy despierto desde las cinco de la mañana. Ya escribí un rato, ya les di su comida blanda a los gatos, ya recogí su arena, ya me medí la glucosa, ya me di tiempo para dormir otro rato, ya me bañé, ya revisé mis redes sociales, ya volví a escribir, ya me bañé y ya estoy escribiendo de nuevo.

Las últimas semanas han sido una locura. He estado muy ocupado. Tuve que impartir cuatro pláticas –dos de divulgación de la ciencia y dos para público especializado–, tuve que enviar mi solicitud de permanencia en el SNII, tuve que participar y moderar una mesa redonda, tuve que contestarle por segunda ocasión al Reviewer #2 de ese paper que sometí en noviembre a revisión a una revista internacional. Todo lo anterior tuve que compaginarlo con las casi catorce horas de clase que tengo frente a grupo, por semana. Tengo 40 estudiantes en Motivación y Emoción, 17 en Psicobiología y 10 en Ciencias Cognitivas Aplicadas.

El miércoles di una plática para un simposio, y tuve un compromiso familiar. El jueves y el viernes fueron días feriados, y quería ponerme a escribir y escuchar música y tomarme algunas cervezas, pero el jueves tuve que salir a comprar despensa y el viernes tuve que grabar una plática de veinte minutos para un simposio de medicina del sueño. Me tomó casi seis horas. El sábado tuve otro compromiso familiar. Apenas pude dedicarle algunas horas por la mañana a un manuscrito que debo entregar entre hoy y mañana. Hoy tengo planeado trabajar en el plan de estudios de una nueva licenciatura y terminar el manuscrito que debo entregar hoy o mañana. Si me da tiempo, revisaré algunas tareas de los cuarenta estudiantes de Motivación y Emoción, y, si me da tiempo, prepararé mi clase de Ciencias Cognitivas Aplicadas del martes. Son tres horas. Y ese día, también imparto tres horas de Motivación y Emoción. 

A veces, uno tiene que hacer cosas que no le gustan, que le quitan tiempo, y nadie se da cuenta.

sábado, 24 de febrero de 2024

abstinencia



una chica nos trajo en Uber
ella era muy amable
se parecía un poco
a la guitarrista de Bikini Kill
y también
a esa tatuadora de Ink Master
la que casi no hablaba
y traía rastas y un mohawk

el auto de la conductora de Uber
olía a tabaco
y yo cumplo 42 días sin fumar
y el olor me hizo consciente de muchas cosas
y pienso que así olía el estudio
en el que paso más de la mitad de mis días
y que era horrible y asqueroso
y que al reparar en ese aroma a tabaco estancado
pensé en ese compañero con tabaquismo
que conocí en el posdoc
y que decidió acabar con su vida
hace casi seis años

y también pienso en que recaí
hace casi nueve meses
en una cena de fin de año
y que me puse muy borracho
y que antes de todo eso 
estuve en abstinencia
casi ocho años
y que antes de todo eso
fumaba tanto
que tenía dedos de nicotina

hoy estoy borracho
ésta no es la fecha exacta
pero me aceptarán un paper el 9 de abril
y cuando todo esto pasó
volvería a trabajar en la universidad
y un revisor insistiría en que incluyéramos una figura
y todo esto coincidiría
con casi 15 horas de clase a la semana
y con la evaluación del SNII
y con la semana del cerebro
–moderaría una mesa redonda
e impartiría un simposio en línea–
y con el Sleep Fest
–impartiría una plática–
y con la marcha del 8M
–acompañaría a Katz a la ciudad
y caminaría kilómetros y kilómetros
desde Bellas Artes hasta La Lagunilla

y el 9 de abril aceptarán un paper
y el 3 de mayo me enviarán las galeras
y la página de Facebook de la universidad
reconocerá al autor corresponsal
y dirá que –por cierto–
yo tuve algo qué ver
en la publicación del MS

y pensaré en que este paper que fue una tortura
y en que no lo abandoné 
y en que fui persistente
y en que aborda un tema 
que no me vuelve loco
y en que podría hacer muchas cosas
mucho mejores
si me enfocara 
en publicar 
sobre temas que me apasionan

y pensaré en que esta experiencia con el paper
que será publicado el 9 de abril
no fue nada nueva

insistí en que lo revisaran 
los investigadores principales
y el MS estuvo en el olvido
durante muchos meses
casi dos años
y yo hice todo

lo escribí
lo sometí a revisión
le contesté a los revisores
y aparezco como
primer autor

nada nuevo

y me pregunto
por qué no escribo yo solo
papers académicos
y me ahorro los intermediarios

si en mis ratos libres
escribo novelas
y relatos
y me obsesiona escribir
y me muero si paso un solo día
sin escribir

y no he cumplido ni diez años
desde que obtuve mi grado de doctor
y soy investigador nacional I
desde que envié mi primera solicitud
de ingreso al SNII
porque tenía muchas publicaciones
en revistas internacionales
evaluadas por pares

¿por qué no escribo yo solo,
y me ahorro los intermediarios,
y visualizo el trabajo invisible
que he hecho muchos años...?

domingo, 18 de febrero de 2024

tengo la lengua quemada

tengo la lengua quemada
ayer me quemé con un chocolate caliente
hoy sí salió el sol
es domingo
y no sé cómo logré
levantarme

hacía mucho frío
el sueño era tan denso
el sueño era tan pesado
el sueño era tan oscuro
y estaba tan cansado
ayer me tomé varios whiskies
y me acosté a las dos de la mañana
y caía torrencialmente la lluvia
y en cuanto cerraba los párpados
mi tallo cerebral hacía lo que hace siempre
y no podía moverme
y como siempre
resultaba aterrador
aunque uno sepa
la neurobiología del sueño
estar consciente y estar inmóvil
al mismo tiempo
siempre es aterrador

hoy es domingo
y sí salió el sol
pero hace mucho frío
el vecino ya volvió de quién sabe dónde
estaciona su auto
el sonido del motor
interrumpe mis pensamientos

hoy es domingo
y sí salió el sol
y ya suenan los cohetes
que suenan cada domingo
y que provienen de quién sabe cuál iglesia

hoy es domingo
y sí salió el sol
y hace mucho frío
y sin embargo no sé cómo
me levanté de la cama
más o menos recuerdo
qué estaba soñando
creo que un colega me invitaba a comer

estoy despierto desde las siete de la mañana
y ya son las nueve
y ya les di Royal Canin a los gatos
y ya les serví croquetas
y ya les cambié el agua
y ya les recogí la arena
y ya acabé de leer Dios fulmine a quien escriba sobre mí 
y no puedo evitar recordarme
que compré esta novela a principios de mes
y que comencé a leerla
en esos tormentosos días
en los que esperaba el dictamen de una evaluación curricular
en la que participé
es la tercera que gano en tres años
y no quiero pensar más en ello
no quiero aturdirme
sé que no es la clase de trabajo que merezco
y odio tener que explicarlo siempre
y odio tener la impresión de que siempre
hay malinterpretaciones
que siempre alguien tiene la impresión
de que no se me ocurre nada
de que soy un tipo que sólo sigue instrucciones
o que hace lo que hacen otras personas
porque lo hacen otras personas

hoy es domingo por la mañana
y ya son las nueve
y ya es tardísimo
ya calenté una taza con agua en el horno de microondas 
y me serví un té de frutos rojos
puse la taza en la mesita de centro junto a la lámpara
y el gato mayor insiste en acomodarse junto a mí
y hace unos minutos que volví a la cama
encendí la Mac y me puse a escribir
y el gato mediano está haciendo travesuras en la habitación contigua
trata de abrir un cajón y tira muñecos y estambres
por aquí y por allá
y el ruido que hace es un estresor impredecible
y me desconcentra y se me olvida qué hago
qué sentido tiene aporrear el teclado de la Mac

repentinamente tengo sueño
mis párpados son cortinas de acero
pesadas y escandalosas
me dieron ganas de volverme a dormir
hoy sí salió el sol
hoy es domingo
mis tripas gruñen
tengo hambre

ya salí a la terraza a meter al bote de basura 
la bolsa con la arena de los gatos
y no tengo muchas ganas de salir a correr
hace mucho frío
quisiera cerrar los párpados
apagar la luz del mundo 
y que mi tallo cerebral
les impida a mis motoneuronas
que se muevan 

martes, 6 de febrero de 2024

dictamen pendiente


Ya no sé cuántos días llevo así, sin dormir, revisando enfermizamente el correo-e, teniendo taquicardias cada vez que me llega una notificación al teléfono, repasando mentalmente, en una fracción de segundos, cómo me fue en la entrevista hoy, y cómo me sentí en la entrevista de hace un año, y cómo me sentí en la entrevista de hace dos años –intentando escindir mi cerebro emocional mi cerebro racional– y repitiéndome a mí mismo Ya ganaste dos veces, dos concursos similares a este, pero también pensando en que esta puede ser la primera vez que pierda, en que siempre existe la posibilidad de perder cuando compites por algo, en que no tengo ni corazón ni cabeza para buscar mañana o pasado mañana, o cuando sea que reciba malas noticias en el peor escenario hipotético que ha elaborado mi mente, un empleo de emergencia.

En fin, reviso el teléfono por enésima ocasión en lo que va del día (y en lo que va de las últimas dos o tres semanas), pero la taquicardia nada más fue un gasto innecesario de sangre, resulta ser una falsa alarma, la notificación es irrelevante...

«KAVAK: cotiza tu auto inmediatamente...»
«Elon Musk acaba de subir una foto a X...»
«Paty López acaba de publicar un video en TikTok...»

... y, temporalmente, me siento tranquilo. 

La lluvia torrencial que ha inundado los túneles de mi mente, la tormenta que ha arrasado con mi mente, el huracán emocional que ha anidado en mi mente, me han dado tregua. Temporalmente. 

Sólo el tiempo suficiente para descansar, para asimilar que no he recibido malas noticias, que no llegarán justamente en estos segundos que me he tomado para revisar el teléfono, el breve periodo entre hoy y los próximos minutos, horas y días, a partir de los siguientes veinte o treinta segundos, el breve tiempo entre este instante y el futuro, el breve respiro entre el estrés con el que he lidiado desde los últimos días de enero, cuando fue publicada la convocatoria en la que participé, y hoy. 

Sé que en cuanto guarde de nuevo el teléfono en el bolsillo de mis pantalones, volveré a darle vuelta a la pregunta recurrente: ¿y si pierdo...?

Me repito el mantra de las últimas semanas:

«No mereces esto, no deberías pasar por esta tortura cada año, ya tienes más de diez años en este negocio, ya has sufrido mucho, nunca has hecho el mínimo esfuerzo, allí están las pruebas a la vista de todos...»

Me siento frente al televisor. 
Lo enciendo. 
Reparo en que sólo veo la tele cuando no quiero pensar, cuando quiero huir de la realidad, cuando la realidad me abruma. 

En la pantalla, Jessica Jones está a punto de tener un ataque de pánico y repite su propio mantra...

«Birch Street, Higgins Drive, Cobalt Lane...»

... y cierro los párpados pero los abro inmediatamente, no quiero ponerme paranoico, no quiero tener un malviaje de cortisol, y no quiero hacerlo pero recuerdo cuándo conocí a la protagonista de la serie de Marvel: cuando estaba en los últimos meses del doctorado, cuando ya tenía varias publicaciones como primer autor, cuando ya tenía varios años de experiencia docente, cuando tenía muchas razones para entusiasmarme por el posdoc y por mi futuro; cuando, sin embargo, era muy desdichado, cuando odiaba mi existencia, cuando convivía a diario con seres tóxicos, con personajes que podrían pasar por personajes de las novelas de Jeff Lindsay o de los relatos de Del James, cuando algunos de esos seres tóxicos minimizaban mi trabajo para “motivarme” o para saciar su sed de poder...

«Sólo sigues instrucciones...»
«Lo que deberías estar haciendo es preparar café...»

... cuando Jessica Jones no era Jessica Jones, sino Jane Margolis –la novia de Jesse Pinkman–, cuando Mr. White ya estaba harto de ella y de Pinkman y los descubrió en un viaje de opiáceos y ella comenzó a ahogarse con su propio vómito y Mr. White decidió colocarla boca arriba en la cama y dejarla morir por broncoaspiración.

Y pienso en que siempre he vivido estresado, en que por eso no entiendo cuando alguien sufre y me dice que no es capaz de soportar que le rechacen un paper o que en su trabajo no lo dejen tomarse dos horas diarias para comer o que no pueda salir de vacaciones a la playa al menos una vez al año. O que no le den una plaza indeterminada cuando apenas tiene un par de meses de haber salido del doctorado. O cosas así.

En la pantalla, el mantra de Jessica Jones surte efecto, y recuerdo otra vez esos últimos meses en el doctorado, cuando conocí a Jane Margolis y no me perdía un solo capítulo de Breaking Bad, cuando tenía que consumir sustancias inusuales para soportar el estrés, cuando siempre estaba a la espera de malas noticias en un correo-e...

«Hello! Hello!
¿Qué carajos tienes en la cabeza...?
¡Más de una puta vez te he dicho que no sólo soy PhD...!»

Y recuerdo cómo me sentí, y pienso en que esa época ya quedó atrás, en que, pase lo que pase, por más horrible que sea mi presente, jamás volveré a dejar que se repita una situación similar. Que he aprendido una que otra cosa de la vida.

Pero también reconozco que siempre he vivido al límite, que siempre he lidiado con el estrés, que siempre he tenido que tomar mis precauciones, que me he acostumbrado a la mala vida.

Que, sin embargo, como dice esa horrenda canción de Héroes del Silencio que odio tanto y que no puedo sacar de mi cabeza justo en este momento...

«Siempre es la misma función, el mismo espectador
El mismo teatro en el que tantas veces actuó...»

... y mi (atormentada) reflexión es que esta tortura de cada año es mi mito de Sísifo, que no basta con ser bueno en lo que uno hace, que no basta con tener evidencia comprobable de que uno es bueno en lo que hace, que lo que en verdad importa es (casi siempre) tan subjetivo y tan egoísta y tan malévolo que resulta absurdo, frustrante y doloroso.
 
Hace tantas semanas que no he dormido bien, hace tantas semanas que he estado dándole vueltas a la pregunta recurrente, hace tantas semanas que he estado lamentando no tener más opciones, hace tantas semanas que he estado lamentándome por no tener el empleo de mis sueños (y por no tener resuelta mi vida económica), hace tantas semanas que no he dormido bien, hace tantas semanas que he estado quejándome por tener que hacer cuatro o cinco veces las cosas que a otras personas les ponen en bandeja de plata... que ya no sé nada. 

Quiero cerrar los párpados y descubrirme en un mundo paralelo, en uno en el que todo este drama insoportable sea sólo ficción –una serie de televisión, la adaptación al cine de una novela... Pero no: esta es la realidad. Y seguirá siendo la realidad de cada año, si no busco un camino diferente (otra vez).

domingo, 21 de enero de 2024

irr3v3rsibl3


Debí de ver esta película después de haber fumado marihuana, una noche entre semana, un jueves o un miércoles, cuando tenía un par de años de haber sido estrenada, y debí estar quedándome dormido, preguntándome por qué me sentía atado a una relación que agonizaba, por qué tenía que estar pasando casi toda mi vida en casa de los papás de mi novia, por qué tenía que soportar que el ex de mi novia estuviera presente casi todos los días en nuestra relación, por qué había echado todo a perder, por qué no había podido procesar de otro modo nuestra primera discusión, cuando ella me llamó por el nombre de él, por qué ya estaba tan obsesionado con el tipo que hasta lo soñaba, por qué ella no lograba sacarlo de su vida, por qué él hacía todo más complicado, por qué le gustaba causar lástima, por qué era tan inmaduro a pesar de ser más grande que ella y que yo, por qué el amor era tan destructivo, por qué el amor se parecía a una droga simple y dura, por qué me sentía como un adicto, por qué no era capaz de soportar una abstinencia de ni siquiera un par de días, por qué no podía salirme de ese triángulo enfermizo que era nuestra relación, por qué no había conocido a otras mujeres, por qué no tenía un parámetro de una relación que se iba al carajo, por qué no sabía que nadie muere por terminar con una relación, por qué no fui egoísta y pensé en mi propio bienestar, por qué esperé a que ella conociera a otro tipo y terminara conmigo, y que nos dejara definitivamente al ex y a mí, por qué no tenía perspectiva sobre las relaciones de pareja, por qué el amor tenía dos caras, por qué el amor era como una droga, por qué al principio era como un pequeño poema en prosa, por qué al final se convertía en un verso infernal y repetitivo y predecible que uno leía y toleraba nada más para evitar el síndrome de abstinencia, por qué me sentía tan co-dependiente y tan vulnerable y tan idiota, sin autoestima, atascado en una relación que agonizaba. 

Desde el primer momento, cuando ella volvió a sentarse a mi lado, después de meter la película –¿un DVD?– en el aparatejo –¿un teatro en casa?–, y la pantalla se puso en negro y luego los créditos y la música estallaron en mi campo visual y en mis oídos, algo me dijo que la experiencia no sería fabulosa, que esa forma de comenzar una película no era nada más extraña porque sí, que haber fumado mota no había sido una gran idea, que estaba mal ver, precisamente, esa película después de haber fumado marihuana. Me dio un acceso de tos.

Cuando me repuse, en la primera toma, después de que la cámara diera un giro vertiginoso, como un flashazo de un malviaje, y de que, por unos segundos, todo estuviera, a propósito, de cabeza, y todo pareciera ser visto desde los ojos de alguien que no está bien mentalmente, dos tipos ebrios –unos perdedores acostumbrados a la mala vida–, estaban en un apartamento, sentados en una cama, unos pisos arriba o unos metros cerca de un bar sadomasoquista para homosexuales al que vagamente se referían, y hablaban de cualquier trivialidad que no era realmente trivial para un par de borrachos, y luego, uno de ellos le confesaba al otro haber estado en la cárcel porque había abusado de su propia hija, y luego, el otro le decía que uno tenía que buscar lo mejor para sí mismo, y que eso la sociedad no lo iba a entender jamás, o algo así, y después el abusador cerraba la escena con una frase –El tiempo lo destruye todo– que me puso a pensar en mi propia vida –El tiempo lo destruye todo, El tiempo lo destruye todoEl tiempo lo destruye todo–, mientras se escuchaban unos gritos que provenían de El Rectum –ese bar sadomasoquista para homosexuales al que vagamente se habían referido–, y confirmé que algo estaba mal con esa película y que, si sobrevivía a la experiencia, acabaría odiándola o amándola.

La música –los mismos beats que iban al ritmo de mi respiración y de los latidos de mi corazón– me puso paranoico, quién iba a saber que un miembro de Daft Punk tenía esos beats infernales en su cabeza y que los había puesto en la banda sonora de la película, y la oscuridad de la sala de tv, y mi novia junto a mí, con su mirada fija en el televisor, y los resplandores del televisor iluminando esporádicamente el rostro de mi novia, y la atmósfera en la sala de tv que era similar a la oscuridad de las calles de París en las que transcurría la película –y mis sentimientos y mis pensamientos y mi paranoia–, todo, me hizo más consciente del ritmo de mi respiración y de los latidos de mi corazón. 

Estaba pasándola muy mal, y no habían transcurrido ni diez minutos. 

El personaje interpretado por Vincent Cassel abandonaba El Rectum en una ambulancia. Unos policías esposaban a Pierre, y lo metían a una patrulla. ¿Por qué? ¿Qué había llevado a este desenlace? ¿Por qué la historia iba de atrás hacia adelante...?

Una parte de mí, iba hilando la trama de la película, tratando de entender por qué Marcus y Pierre estaban en ese bar horrendo buscando a Le Tien, intentando descifrar quién era Le Tien, y otra parte de mí, intentaba descifrar quién era Alex, y por qué estaba yo allí, en esa sala de tv, viendo esa película, pasándola tan mal, con mi novia, en una relación que se estaba yendo al carajo, sintiéndome un tonto, un estudiante universitario que no sabía nada de la vida, que fumaba mota y que, por iniciativa de ella, veía muchas películas de culto –ella tenía una fijación por las películas violentas, le gustaba mucho Doberman, y también le gustaban Cassel y Bellucci–, y en la siguiente escena –la tercera o la cuarta, de atrás hacia adelante–, con los mismos beats infernales y con la cámara temblorosa, mostraba una persecución en el bar –Marcus y Pierre buscaban a Le Tien– y, después de varios altercados, terminaba con Marcus en el suelo, con un brazo roto, y a punto de ser violado, y luego, el cráneo de un fulano era destrozado por Pierre con un extintor. 

Cerré los párpados y apreté los puños. Me sentí sofocado. Una parte de mí, ya no quería saber más de la película. Pero otra parte, sí quería. Volví a abrir los párpados, me acomodé en el sillón, mi novia pasó a segundo plano, ya no tenía sueño, quería descubrir el origen de ese asesinato tan atroz. 

Pierre y a Marcus hablaban con unos matones y con unas prostitutas, Pierre y Marcus huían a toda velocidad en un taxi, Pierre era interrogado por unos policías, Marcus era abordado por Mahoud, un matón que le prometía, a cambio de dinero, encontrar a un fulano.

Pierre y Marcus estaban en una fiesta. Marcus bebía alcohol y consumía cocaína. Pierre le decía a Marcus que Alex también estaba en la fiesta. Pierre había sido novio de Alex. Alex salía con Marcus. Un ex metido en la vida de su ex. Una novia que no podía sacar de su vida a su ex. Alex bailaba en esa fiesta. Marcus seguía bebiendo alcohol y metiéndose coca. Pierre intentaba estar cerca de Alex y que Marcus dejara de drogarse. Alex hablaba con una chica embarazada y le decía que quería platicar con ella, porque tenía muchas cosas que contarle. Alex y Marcus discutían. Alex se iba de la fiesta. Pierre quería acompañarla a su casa, pero Alex se negaba.

Un túnel rojo. Una violación brutal. Alex con el rostro destrozado, en coma. 

Una charla irrelevante en una estación del metro. Pierre –el ex– está obsesionado con Alex. Alex no logra sacarlo de su vida. Pierre le hace algunas preguntas indiscretas a Marcus sobre su vida sexual con Alex.

Alex y Marcus en una cama. Alex le dice a Marcus que cree estar embarazada. Que soñó que estaba en un túnel rojo. Que a lo mejor soñó eso porque tiene un atraso, porque no “le ha bajado”.

Alex tumbada en un jardín, rodeada de niños. Lee una novela y parece feliz. Los niños corriendo entre los aspersores en el jardín.