viernes, 21 de noviembre de 2025

try to build a home


El último año en el infierno del doctorado empezaba, todos los fines de semana eran una evasión de la realidad y ese no era la excepción, iba por mi tercera o cuarta caguama, iba por la segunda o tercera cajetilla de Camel, a través de la broma del alcohol escuchaba el último álbum de estudio de Soundgarden, me fumé un carrujo y me tumbé en la colchoneta que había puesto en el suelo para entrar en comunión con la banda de Seattle que no había grabado un álbum en más de 10 años, desde que estaba en la prepa, desde Upside the world, las luces estaban apagadas en el pequeño departamento que rentábamos en Xola, hacía mucho frío, Liz no había vuelto del trabajo aún, quería que la experiencia fuera lo más cercano a una noche acampando en un paraje solitario, no quería saber nada de la realidad, solo que Soundgarden daría un concierto en México en un par de meses, en mayo, en El Palacio de los Deportes, no quería pensar en el doctorado, odiaba ir al laboratorio, no soportaba los exabruptos del tutor, no entendía su doble moral, en cuatro años ya había publicado tres papers de investigación original en revistas internacionales evaluadas por pares, en cada uno de ellos yo había hecho prácticamente todo, incluyendo el trabajo de autor corresponsal, había aprendido a hacer todo solo, sin otra guía que los papers que leía y los papers que habían publicado recientemente los estudiantes de doctorado recién egresados de su laboratorio, el posgrado en Ciencias Biomédicas sólo exigía que el Comité Tutoral hubiera evaluado y aprobado cada uno de los semestres del alumno (clases, avances del proyecto ) y que el alumno publicara la tesis de doctorado y un paper en una revista internacional evaluada por pares, y que el alumno defendiera su proyecto en un examen de grado.

Asistía a los 23 seminarios de avances y journal clubs que le interesaban al tutor, y también era ponente en todos los congresos nacionales e internacionales, que le interesaban al tutor, no descuidaba mis clases como profe de asignatura en la UNAM, impartía las charlas de diplomados o de divulgación a las que me invitaban, no descuidaba ningún compromiso académico, pero el tutor había estallado, se había salido de personaje, era incapaz de controlar a su grupo, seguramente había leído varios libros de superación personal y de motivación y de liderazgo, y sabía (o intuía) que lo más sencillo era humillar y mitigar la autonomía de quienes más trabajaban en su grupo, así que se me fue directo a la yugular, y, enfrente de todos, me regañó, me dijo que yo «solo seguía sus instrucciones», mi crimen había sido correr una serie de experimentos que acabarían publicados en mi cuarto paper como primer autor, sin su consentimiento, obviamente él era el líder, ¿cómo se me había ocurrido actuar de manera independiente?, ¿cómo se me había ocurrido desafiar su autoridad...?

La voz de Chris Cornell...

«try to build a home
bones of birds...»

... me entraba por los huesos como una cura y la droga estallaba en mi cerebro, quería quedarme allí, tumbado en la oscuridad, en esa colchoneta que se había convertido en una casa de campaña, apreté fuertemente los párpados y los puños, me enfoqué en la música, se transformó en un oleaje de colores y sonidos, trate de pensar en que todo lo que soportaba tenía sentido, me acordé de mis años en la prepa, cuando escuchaba a Soundgarden todos los días, cuando solamente escuchaba música, cuando no me importaba el futuro, cuando vagamente creía que me dedicaría a la escritura, cuando no había tenido a un jefe manipulador, cuando no sabía que podía haber gente cabrona que se quisiera meter en tu cabeza y llevarse todo el crédito, demeritar tu trabajo, minar tu autonomía para no perder el control, para alimentar su necesidad de poder.

Hoy escucho otra vez King Animal, vivimos en una casa grande y fría, hace más de 5 años que nos mudamos de ciudad, Liz duerme, son las 3:45 am, estoy insomne y sobrio, voy a cumplir un año como Investigador Nacional Nivel II, nunca he tenido un contrato de base, nadie me ha puesto nada en bandeja de plata, me desquicia la fragilidad de algunos conocidos que también quieren ser profesores-investigadores, que no han conseguido nada y que (según ellos) han vivido las peores experiencias que alguien puede vivir, podría dar nombres y apellidos de colegas más jóvenes que yo y que por X, Y o Z (razones extra académicas) ya son profes indeterminados, según mi experiencia es más probable que una Comisión Dictaminadora (instruida por una autoridad) te abra un concurso de oposición ad hoc si sigues instrucciones, tengo náuseas, no puedo dormir, más o menos odio mi existencia, podría escribir un tratado de endogamia académica, pero mejor tratare de dormir.

domingo, 16 de noviembre de 2025

Si fue hecho para mí, lo tengo que saber...

Son las 9: 15 del lunes, estoy en el Uber, la radio está encendida, el conductor viene escuchando el programa de Taradazo, tengo un flashback. Aggh, quiero olvidar, meterme una de esas tabletas que provocan amnesia, hay un montón de cosas en las que no debo pensar pero que la voz de Tardazo evoca en mí...

«¡A ver, a ver, es obligación del gobierno...!»

... ya estoy viajando en otro Uber, es cualquier mañana del Trimestre 24 Invierno, voy pensando «Si U y V ya son profes de tiempo completo definitivo, los 3 llegamos el mismo año a Distrito IV, yo ya era SNII1, y en la actualidad ellos no son SNII2, como yo, ni han impartido alrededor de 100 cursos de licenciatura ni 70 charlas de divulgación, mi “suerte” tiene que cambiar. 

«Disculpe, joven... Marcel es nombre de dama y de caballero, ¿verdad?», el conductor me interrumpe, me regresa a la realidad. Aunque no estoy seguro, le contesto que sí, luego me pregunta si mi nombre tiene algún significado y me dice que a él le gusta saber el significado de los nombres. Me acuerdo de un colega de la Ibero que acabo de conocer, en estos días él también me preguntó algo sobre mi nombre. Le contesto al conductor del Uber que no sé qué significa mi nombre. Aggh. Hacía tanto tiempo que nadie me preguntaba estas cosas, ya tenía un amplio recorrido en Distrito IV, no es exactamente la misma situación aquí en el Uber que en la Ibero, pero en el fondo es normal, estoy empezando de cero, otra vez. Al menos, Taradazo ya se calló, estamos escuchando un comercial y casi llegamos al Interurbano. Ya no quiero seguir pensando por qué me tocó esta suerte, por qué no soy profe indeterminado como U y V, que no son SNII2, pero que si lo fueran estarían recibiendo el estímulo económico del SNII, ahora pienso que “mi suerte” es tal que soy SNII2 y que el gobierno del pueblo decidió retirar el estímulo económico del SNII a quienes trabajamos en una universidad privada, vaya situación, si la presidencia estuviera a cargo de otro partido político tendría alrededor de $500, 000 MXN sólo del SNII.
Aggh, ya no quiero pensar en estas cosas, quisiera meterme una tableta de las que producen amnesia, ¿por qué tengo que seguir picando piedra...?

Me digo a mí mismo que ya tengo un empleo, que ya no estoy enviando solicitudes por aquí y por allá como loco, que acabaron esos meses fatales de incertidumbre, que se fueron por el caño esas noches de insomnio en las que no podía dejar de pensar hasta qué punto seguiría todo igual. También pienso en que este trayecto en Uber es temporal, en que la voz de Taradazo...

«Labregones diría mi abuela»

... también es temporal, en que debo disfrutar el presente, enfocarme en lo que voy a hacer hoy en la universidad, pero es muy difícil, hay algo que me mantiene a punto de mandar todo a volar, aún no me siento yo mismo en la Ibero. 

Me bajo del Uber, son las 9: 27, hay 3 lentas personas en la taquilla del Interurbano, me toca hacer fila, me pongo los audífonos, dan las 9: 34, me subo al tren, ahora sí está lleno, apenas alcancé lugar. No quiero pensar en que la gente es súper irrespetuosa, en que no se dan cuenta de que nadie debería soportar conversaciones a todo volumen, quisiera concentrarme en la clase de hoy, en cómo voy a explicarles a los estudiantes cómo una vesícula cargada con neurotransmisor se fusiona con la membrana plasmática del axón terminal mediante exocitosis , cómo en la membrana presináptica se abren canales de calcio cuando ocurre un potencial de acción..., pero la música mueve algo dentro de mí. La voz de Charly García mueve algo dentro de mí, canta algo sobre una extraña influencia, dice «Si yo fuera otro ser, no lo podría entender...»

viernes, 14 de noviembre de 2025

whisper secrets for me

Un tipo de Ocesa se nos acerca, van a dar las 7 pm, las luces de El Palacio de Los Deportes están todas encendidas, no parece estar ni a la tercera parte de su capacidad, quién sabe si se llene, aún es temprano, el concierto está anunciado a las 8 y media, no habrá banda telonera.

Moviendo la cabeza de un lado a otro rápidamente, con una sonrisa maliciosa, el tipo nos pregunta (en voz baja) si queremos pasarnos a la sección general, «Me dan mi propina nada más», o algo así, dice (pienso qué tendrá en mente, a cuánto ascenderá su concepto de propina), y su sonrisa me recuerda a la de los villanos de las películas de Disney, esos que se frotaban las manos cuando planeaban cómo salirse con la suya, y su sonrisa también me recuerda esas aburridísimas tardes de sábado en casa de Omar, quién sabe por qué mi mamá pensaba que era genial ir a casa de mi tía casi cada tres sábados al mes, pero pasábamos toda la tarde viendo películas de Disney, mientras la tía nos servía botanas de brócoli y espárragos y nos preparaba infusiones de pasiflora que tenían en un estado semicatatónico a Omar (pensándolo bien, mi tía era sobreprotectora como la hermana de Catalin Stark y Omar era como el príncipe de los Taylin), y, por otra parte, siempre había algo angustiosos en esas películas de Disney, desde niño ya era aprehensivo, no necesitaba angustiarme más porque la bruja quería matar a Blanca Nieves o porque La Cenicienta estaba bajo un embrujo y lo único que podía salvarla era el beso de su príncipe azul, no necesitaba enterarme a esa edad que la gente es envidiosa y mala.

«¿Qué dicen, amigos?», insiste el tipo de Ocesa. Todo esto resulta irónico, hace tres meses salía con Beatriz y hace poco más de un mes Beatriz me dejó y volvió con su ex, un tipo que trabaja en Ocesa; de hecho, Beatriz me contó varias anécdotas de él, que el tipo fue una especie de guardaespaldas de Marilyn Manson cuando su banda vino al DF a cerrar la gira de Antichrist Superstar,  que Manson estaba lleno de cicatrices, de cortadas con objetos punzocortantes, que el tipo los acompañó a él y a Twiggy Ramírez un par de ocasiones al Mercado Sonora, que los rockstars buscaban a alguna bruja, que estaban fascinados con el Mercado Sonora; Beatriz también me contó que el ex también acompañó a Shirley Manson y a Butch Vig a dar un rol por la Condesa cuando Garbage vino a tocar al Metropólitan por primera vez, cosas así (¿qué edad tendrá el tipo?, esto pasó hace muchos años ya), y quién sabe qué tanto pasó y qué tanto fue rollo del tipo para impresionar a Beatriz, el punto es que ella y él estan juntos otra vez, que ella me terminó conmigo a finales de semestre, me dijo que casi no salíamos a ningún lado, que tampoco hablábamos por teléfono muy seguido, que la decepcioné, que parecíamos más “amiguitos de la escuela” que novios, en fin, todo esto es irónico, ¿qué tal si este tipo de Ocesa es el actual novio de Beatriz...?, ¿qué tal si, en un mundo paralelo, Beatriz y yo podríamos estar aquí...?, aunque a ella no le gustan los Smashing Pumpkins, es más de rock en español, Julieta Venegas, Jarabe de Palo, Santa Sabina...

Tú y yo nos quedamos en silencio y me miras y sonríes y te pasas el cabello por detrás de una oreja, ¡cuánto me gustan tus orejas!, y me sumerjo en la calidez de tus pupilas color almendra, me hacen pensar en una mañana soleada junto al mar, me remontan al aroma del mar, y a veces (casi siempre, desde que nos conocimos) quisiera devorarte, como en esta canción —“Pug”— de Billy Corgan, que, por cierto, es una de las pocas canciones que me gustan del último álbum de estudio de su banda, y cuando entro en este estado de trance al ver tus pupilas, mueves algo dentro de mí, de pronto soy una especie de gnomo colérico que quiere destruir cosas por aquí y por allá y tú me tranquilizas, eres como una intravenosa de morfina, en fin, el tipo de Ocesa insiste, no soy corrupto y además no traigo mucho dinero, apenas lo suficiente para algunas cervezas a precio de concierto y apenas para el taxi de vuelta a tu casa, vives en la Del Valle, ya veré cómo hago para volver a mi casa, y entonces le digo que no, y él mete la cabeza en los hombros y dice algo como «Si cambian de opinión, estaré por aquí» y se acerca a otra pareja y seguramente les tira el mismo rollo porque al cabo de no más de treinta segundos los hace pasar a la sección general, jaja. 

Vuelvo a mirarte, algo se mueve dentro de mí, nos conocimos hace no más de cuatro semanas, en la fiesta de cumpleaños de uno de los tipos del taller de creación literaria al que me inscribí cuando Beatriz terminó conmigo y empecé a apreciarla (en verdad, nadie sabe a quién tiene hasta que ya no la tiene, Beatriz era una buena chica, tal vez un poco absorbente, sumamente afectuosa y un poco cursi, pero me quería, al principio decía que podía enamorarse perdidamente de mí), en fin, no sé qué piensas de todo esto, creo que no te gustó mucho que se nos acercara el tipo de Ocesa, solo quiero devorarte, como canta Billy en esta canción de Adore, es el 11 de agosto de 1998, hace un mes Francia ganó el mundial de futbol, las vacaciones de verano se están muriendo, quién sabe si volveremos a vernos cuando tú vuelvas a clases, estás en el tercer semestre de Psicología también pero en la Intercontinental, yo volveré a la Facultad de Psicología de la UNAM, ya te dije que preferiría cambiar de carrera, que no me veo como psicólogo clínico, que me atrae la investigación básica pero que no sé si quiero estudiar un posgrado, que el trabajo es escaso en la academia, que las plazas ya están apalabradas, que me cuesta mucho conectar con la gente, que la gente suele decirme que siempre parezco estar enojado, tú misma me dijiste eso cuando nos conocimos en el cumpleaños de Leonardo y platicamos sobre este concierto de los Smashing Pumpkins, cuando nos tomábamos unas Heineken y esperábamos que tocaran algo de Gish y de Siamese Dream, «pero ya ves que en Europa solo han estado tocando Adore y versiones muy raras de Mellon Collie...», me dijiste más precisamente, uff, siempre estás informada, quién sabe qué dirías si te contara las anécdotas del novio de Beatriz, aún no sé si te cae mal Manson, aún no sé si te gusta Garbage, no hemos salido más que cuatro o cinco veces, nos conocimos hace un mes, solo quiero devorarte, que me cuentes secretos al oído.