lunes, 13 de abril de 2020

Los ojos no ven lo que la mente no sabe

Tengo una junta a las 8: 30, y me siento un poco nauseabundo. Estoy casi seguro de que en esa junta se insinuará, nuevamente, que lo único que hago es tomar esa junta y que lo único que he hecho es lo que se ha hecho desde que los últimos dos colaboradores entraron al proyecto del que hablaremos. Estoy casi seguro que se insinuará que mi única responsabilidad son los experimentos de los que se encargan estos colaboradores y en los que no he participado. Qué flojera me da tener que explicarle a la gente que hay más cosas que las que ven sus ojos. Qué incomodo. Después tengo un taller en línea que probablemente dure tres horas. 

Estos días he estado escribiendo la discusión de un artículo de investigación, escribiendo un protocolo de investigación para el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, tomando un curso de aprendizaje en Coursera, revisando los videos de dos sesiones de un taller de inducción de una plataforma para docencia virtual –cada video dura tres horas–, trabajando en la preparación de dos cursos de licenciatura en una plataforma virtual, tomando un curso de francés y procurando no dejar de escribir mis propios textos.  

Me incomoda esta situación. Qué flojera me da tener que explicarle a la gente que hay más cosas que las que ven sus ojos. Qué incomodo. 

Esta semana, además, tengo que tramitar un comprobante de pago de hace dos años y que me pidieron apenas, de un dinero que ni siquiera era mío. Tengo que preparar para el sábado una clase en línea para un diplomado. Tengo que empezar a escribir otro artículo. 

Y parece que lo único que no hago debido a la contingencia sanitaria –¿ya mencioné que para correr los experimentos que no he corrido, tendría que trasladarme en transporte público hasta la Ciudad de México y que desde hace casi dos años no vivo en la Ciudad de México porque mi lugar de trabajo no está en la Ciudad de México, y que mi esposa es hipertensa y que si me expongo a salir a la Ciudad de México, tendría que evitar a mi esposa y pagar una renta adicional y todos los gastos inherentes a esa renta adicional y, además de correr esos experimentos, hacer todas las cosas que he escrito más arriba en esta entrada?– es no correr esos experimentos.

Qué flojera me da tener que explicarle a la gente que hay más cosas que las que ven sus ojos. Qué incomodo.   

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