domingo, 14 de septiembre de 2025

tuve un flashback

Sólo quería llegar a la casa, estaba enfurecido, sentía la bilis negra devorando mi garganta, como un oscuro pasajero que podría haberme impulsado a arrojarme a las vías del tren, nunca había caminado tanto, o tal vez sí, pero en otras circunstancias. 

Me acordé de haber caminado, aterrado, semanas después del terremoto del 2017, entre calles intactas y edificios a punto de desplomarse, desde Plaza Universidad hasta el Centro Scop, en la intersección de Eje Central y Xola, nada más para lidiar con el estrés postraumático, para procesar el terremoto, para dejar de alarmarme cuando escuchaba algún sonido similar al de la alerta sísmica, nada más para habituarme, para superar haber sufrido ese terremoto en terribles condiciones, en un edificio que se movía de un lado a otro, en zig zag, luego como un péndulo, en un edificio que ahora mismo ya no existe, que tuvieron que demoler porque en ese terremoto sufrió daño estuctural.

Me acordé también de haber caminado mucho, sintiéndome  melancólico y decepcionado, días después de que salieron los resultados de la convocatoria del 2019 del SNII. De mi primera solicitud, tenía la distinción de Investigador Nacional Nivel I –más de 7 papers de investigación original publicados, más de la mitad como primer autor–, pero enfermé entre el 2015 y el 2017, y acabé en el quirófano en el 2017, y un fulano narcisista y manipulador no me incluyó ni en los agradecimientos de una revisión del 2016 en la que su grupo citó 4 papers en los que soy primer autor, me rechazaron un paper de investigación original en el 2019 en el que era autor corresponsal  y durante los 3 años que duró esa distinción no pude más que publicar un paper de investigación original como autor corresponsal, y, en fin, en esa ocasión acaban de rechazarme y me sentía fatal, no tenía la perspectiva de que apenas empezaba y de que en realidad todo lo que tenía era parte de mi esfuerzo, que tenía pocos meses en un nuevo trabajo, que mi salud apenas volvía a la normalidad, que impartía muchas horas de clase y que era imposible compaginar mis actividades administrativas –viajar desde Lerma hasta Querétaro o Zacatenco o Iztapalapa o Neurología– con labores de investigación, y caminé varias cuadras solo, sintiéndome triste, harto de todo, junto a las vías del tren.

Sólo quería llegar a casa, hacía más de veinte años que no me sentía así, que no caminaba sin rumbo fijo y sin descanso nada más para acabar rendido, sin fuerzas para pensar nada, sin fuerzas para sentir nada más allá del cansancio carcomiendo mis músculos, no quería pensar en lo que había ocurrido unos minutos atrás, en esa calle por la que tantas veces caminamos juntos Ella y yo, sin ningún problema, pero mi oscuro pasajero había emergido a la superficie, había hecho que perdiera el control con Ella, mi oscuro pasajero me había orillado a estar a punto de cometer un acto del que siempre me arrepentiría, y no quería pensar en nada, pero sólo podía pensar en ello, en lo que había ocurrido unos minutos atrás, en que tuve un flashback, en que regresé al 2002, en que perdí el control, en que mi oscuro pasajero me convirtió en la peor versión de mí mismo, otra vez.

«Tuve un flashback, sigo siendo el mismo salvaje, sólo he envejecido, es como una adicción, una enfermedad que no se cura...», me decía a mí mismo, y creía que nunca había caminado tanto, o tal vez sí, pero en otras circunstancias, en fin, a quién le importa.

domingo, 7 de septiembre de 2025

She's a bitch



La escucho claramente, pero la veo medio borrosa, a lo lejos, en la primera fila de la sala, a través de la cámara de Zoom, y me acuerdo de cuando la tuve como parte del Comité de mi primera entrevista de ingreso al doctorado, por ahí de agosto del 2006, apenas tenía medio año en el laboratorio de Todokoro, no sabía gran cosa de las neurociencias, había pasado por una especie de año sabático, apenas había tenido mi primera experiencia docente de un trimestre, tenía formación de licenciado en psicología pero nada que ver con las neurociencias, mi tesis de grado no tenía nada que ver con las neurociencias, era una tesis de competencia numérica.

Ahora ella está como presidenta en este examen de maestría, francamente no me gustó la forma en la que el candidato expuso su tema, en algún momento divagué, me acordé de esta doctora, en aquel Comité, en mi entrevista en el IFC, preguntándome por el Sistema Reticular Activador Ascendente, más o menos insinuando que no estaba preparado para ingresar a ese posgrado, el problema fue que me preguntó también cómo esperaba saltar de la licenciatura en psicología al doctorado en ciencias biomédicas y a lo mejor no le contesté nada elocuente, en fin, ella es muy dura con el candidato, la entiendo, y me pongo a pensar a cuántos estudiantes ha tratado así a lo largo de su trayectoria, este estudiante también ha divagado, ella ya se hartó, a ratos, durante el examen, vi cómo hacía todo lo posible para continuar prestando atención, también me desconcierta que la tutora del candidato no se haya enterado de nada, incluso preguntó si queremos darle mención honorífica al estudiante, y también me preguntó cómo es posible que algunos profesores tengan una plaza de tiempo completo definitivo.

Mmmh, ya quiero que termine el examen, tengo que preparar varias cosas para el curso de neuroquímica que comenzaré a impartir en un par de semanas, me acuerdo del horrible ruido de las podadoras, se les ocurrió venir a podar precisamente hoy, y corría mi kilómetro #7 y no podía escuchar nada a través de los audífonos, de que apenas iban a dar las nueve de la mañana y que algunos de mis vecinos apenas iban de salida a sus trabajos, el día estaba medio nublado, me había levantado a las 6: 30 am, ya había hecho mil cosas, me preguntaba si corría otro kilómetro, el examen estaba agendado a las 10: 00 am, pensaba en esta tesis de maestría, en que abordaba el vínculo de pareja y la adicción a opiáceos, también pensaba en que tenía que continuar escribiendo papers, el día continúa nublado, estoy conectado a Zoom, sólo traigo una camisa, ya tengo frío, el examen fue confuso, la academia no es más que un trabajo súper privilegiado, ahhh, nadie me da una oportunidad para tener a mis propios estudiantes de posgrado, a ellos no los arrastrarían el día de su examen de grado. 

Todos hablamos por la superficie de los temas, she's a bitch, ella sonríe, ya me quiero ir, ¿qué es la divulgación, sino creer que puedes decir, como te dé la gana, aquellos temas que son difíciles de explicar...? 

domingo, 27 de julio de 2025

Tengo mil cosas por hacer



Al ir despertando me levanto de la cama, empapado todavía de las reminiscencias del último sueño que tuve antes de despertar, en el sueño era un adulto pero me preparaba para ir a la secundaria, y eso me excitaba, era como si supiera que podía visitar de nuevo mi adolescencia, me preocupaba un poco el uniforme, pero la posibilidad de ver ese mundo con mis ojos de adulto resultaba tan excitante como pensar en fumar un porro por primera vez. En el sueño también pasaba por un supermercado, tal vez todo esto lo soñé porque, de alguna forma, alguna escena de esa novela que no he terminado de escribir se quedó en mi subconsciente, y en el supermercado veía un estante con varios cassettes, el estante era como los estantes de la sección de artículos para baño de un supermercado, cada uno colgaba de un largo tubo, todos estaban apilados en esos tubos, había una especie de matriz de tubos que abarcaba toda la pared, y me enfocaba en dos cassettes, sus portadas tenían un fondo blanco y un dibujo en color negro, parecían una versión extraña de Nevermind, y tomaba un ejemplar y leía los nombres de las canciones y notaba que era un álbum tributo a una banda de glam rock.

Pasa un avión, volví a la cama después s de medirme la glucosa y de ir al baño y cepillarme los dientes y lavarme la cara, sigo acostado en la cama, los gatos son mi compañía, van a dar las 8 de la mañana, todo esto que soñé, lo soñé hace menos de una hora, ya leí también unas cuantas páginas de un raro libro que cuenta la historia de dos amantes gays que tienen algún trastorno mental, aún no lo sé, pero debieron pasar por un psiquiátrico y recibir terapia de electroshock, solo quería escribir sobre un capítulo de House, uno en el que abordaron a una familia con creencias Hmong, tengo miles de cosas por hacer, debería tener otro tipo de vida, no sé cuántos domingos de mi vida he trabajado, y no saldré a correr.