te despiertas con una contractura en el cuello, recordando algunas cosas que soñaste, te quedas tumbado en la cama un buen rato, deseando detener el tiempo, que todo se quede así, porque sólo puedes escribir con las luces apagadas, cuando no hay ruido, cuando está amaneciendo, cuando tu esposa continúa dormida, cuando los gatos continúan dormidos y cuando tu conciencia todavía no emerge del todo a la superficie y cuando todavía puedes escribir sin que cada palabra sea juzgada por tu conciencia
estas cosas las piensas todos los días, en cuanto despiertas, pero siempre hay un montón de rutinas que son un obstáculo y que van deslavando tus impulsos para escribir, pero hoy estás feliz.
esto es extraño.
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