puedo escribir mil cosas, y más, aquí, y en otros blogs, y en otros lugares –libretas, archivos en Word, archivos en Pages–, pero, si una estrella de rock de las letras no te dice que lo leas, no lo vas a leer, aunque estés hasta la madre de lo que escribe y de lo que recomienda esa estrella de rock de las letras, aunque no te identifiques con la literatura que escribe o que recomienda esa estrella de rock de las letras, y, si empezamos por entender por qué lees, la situación se complica todavía más: ¿lees porque quieres ser una estrella de rock de las letras?, ¿lees porque crees que tienes talento para escribir?, ¿lees porque te gusta olvidarte de la realidad?, ¿lees porque te gusta aparentar que tienes cultura?, ¿no lees, pero dices que lees?, ¿no lees, pero compras los libros que las estrellas de rock de las letras te recomiendan, para que no parezcas inculto...?
puedo escribir mil cosas, y más, aquí, pero nunca vas a leerme (mientras siga vivo... incluso si me conoces en persona). somos así: animales mórbidos, atraídos por la muerte como la basura atrae a las moscas; animales de apariencia: nos gusta parecer pero no nos gusta ser; animales sin tiempo, que lavan trastes todo el día, que trabajan para tener un techo y comida, que van al baño, que se enferman, que desean lo que tienen otros pero que no quieren matarse para conseguir lo que tienen los demás; no tenemos tiempo para leer, ni para descubrir, ni para formarnos nuestro propio criterio...
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