Qué difícil es todo, escribir un proyecto de rehabilitación neuropsicológica de 20 cuartillas, invertir un par de semanas en el proyecto, leer y estudiar temas que no te fascinan para concursar por un trabajo que mereces, y no tener nada seguro al final, que la Comisión Dictaminadora te desee suerte y te diga que no proseguirán con tu solicitud.
Qué difícil es que parezca que sólo tú sepas cuánto vales y que nunca vayas a pasar de allí, de tener satisfacciones personales y que la historia se repita una y otra vez y que no puedas evitarlo, no depende de ti, podrías concursar en otras 20 convocatorias y el resultado sería el mismo, y aunque tienes un CV muy competitivo, que está por arriba del promedio, y que has trabajado con contratos temporales, nunca faltará quien te trate como si fueras un individuo genérico que ni siquiera puede redactar un par de párrafos sobre su propia vida en un blog.
Qué difícil es que todo ya esté arreglado, que uno haya aprendido que es más fácil ganarse la lotería y que es más probable que le caiga un rayo encima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario