Escucho esta canción accidentalmente y me transporta al patio de la primaria. Puede ser cualquier día entre lunes y viernes, de mayo o junio de 1991. Faltan unas semanas para que termine el ciclo escolar y para que bailemos esta popular canción en un salón de fiestas.
Cuando salgamos de la primaria, no volveremos a vernos. No se me ha ocurrido que no pasarás el examen de ingreso a la secundaria y que tu mamá te inscribirá en otra escuela y que nuestras vidas tomarán rumbos muy distantes.
Tampoco sé que te llamaré por teléfono a la mitad de algunas aburridas y desesperantes vacaciones de verano de la preparatoria y que me contestarás cortantemente, como si estuvieras segura de que eres adulta y de que yo sigo siendo ese niño que ahora está junto a ti, en el patio de la escuela primaria mientras Chayanne canta.
, y me sentiré estúpido y arrepentido de haberte llamado para preguntar qué ha sido de tu vida.
Los niños tenemos el uniforme de camisa blanca y suéter y pantalón azul con zapatos formales. Ustedes tienen la camisa azul y falda azul con zapatos formales. Me siento ridículamente emocionado. La canción me parece ridícula. No disfruto bailar, pero presiento tu cuerpo de niña y mi corazón late deprisa, como si fuera una locomotora y estuviera a punto de comenzar la marcha desde cero y hasta ochenta o cien kilómetros por hora. El tiempo se detiene por unos momentos, mientras nuestras miradas se cruzan y detecto esa sonrisa en tus labios que raras veré en otras personas a lo largo de mi vida.
El sol nos rostiza las cabezas, pero somos demasiado jóvenes como para reparar en ello. La música suena desde una grabadora que se encuentra en una de las esquinas del patio. Somos más de doce parejas de niños de 9 ó 10 años, moviéndose torpemente e intentando lidiar con la vergüenza de bailar para una fiesta de graduación de la primaria.
La profesora Irene nos indica cómo debemos movernos y yo pienso en las profundidades de almendra de tus ojos y el contacto de tu mano contra la mía es una explosión de emociones preadolescentes que todavía no comprendo tamos a punto de salir de la primaria. La profesora
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