sábado, 29 de junio de 2019

Antichrist Superstar (1996)


Desde que me regalaron Heaven Upside Down (2017), no había vuelto a escuchar Marilyn Manson. Un día, sin ninguna razón aparente –tal vez había leído en internet alguna nota sobre Brian Warner que influyó en mi comportamiento de manera subliminal–, mientras iba de la casa al trabajo –creo que iba a dar mi clase de Historia de la Psicología a las ocho de la mañana–, me puse a escuchar algunos de sus álbumes. 

Su música me transportó a mis primeras semanas en la universidad, a la época en la que “conocí” Antichrist Superstar (1996) y Portrait Of An American Family (1994). Los primeros acordes de “Irresponsible Hate Anthem” me hicieron sentir momentáneamente como un universitario que apenas iba a cumplir dieciocho años y que apenas estaba familiarizándose con la vida académica de Ciudad Universitaria y con sus primeras clases en la Facultad de Psicología

Tomaba clases a las siete de la mañana todos los días. El recorrido desde la casa hasta la universidad era más largo que todos los recorridos que había hecho desde la casa hasta cualquier otra escuela –la distancia me había torturado, porque no me veía recorriendo la ciudad tantas horas, todos los días de la semana y dos veces al día. Tampoco me imaginaba tener la fuerza suficiente para concentrarme en mis estudios y estudiar de manera comprometida. No estaba muy convencido de estudiar la carrera de Psicología. Quería estudiar Letras y dedicar mi vida a la lectura y a la escritura. 

Para trasladarme hasta la universidad, tomaba un camión que me llevaba a la estación Puebla del metro y de ahí me iba hasta la estación Centro Médico y transbordaba a la Línea 3 del metro y me bajaba en la estación Copilco. La línea 3 tenía unos meses de haber sido inaugurada y no tenía mucha afluencia. 

Aunque para entonces ya había visto los videos de The Beautiful PeopleTourniquet y Man That You Fear –casi todo mi tiempo libre lo pasaba durmiendo, leyendo o viendo MTV–, pero, curiosamente, escuché Antichrist Superstar casi un año después de que había sido lanzado a la venta. 

Todo esto ocurrió cuando tenía apenas unas semanas en la universidad. En alguno de los tiempos muertos entre clases, me puse a platicar con un compañero de grupo. Mientras esperábamos que el profesor no llegara a dar clase, nos pusimos a hablar de música. A él le gustaba Metallica y me dijo que Antichrist Superstar era un buen álbum. 

Me dio curiosidad escucharlo de principio a fin y le pedí que me grabara una copia. 

Cuando lo escuché, me gustó. La música no sonaba muy parecida a la música que estaba acostumbrado a escuchar. Abundaban los sintetizadores y los efectos de sonido, pero era violenta y decadente. Las letras de las canciones abordaban temas relacionados con la manipulación de la religión, los miedos infundados de la gente, el poder de las drogas y la adicción al sexo. Me llamó la atención el hecho de que los coros de algunas canciones se convertían en el verso de otras canciones y que esta técnica se repetía en todo el álbum, como si hubiera una trama que conectara a todas las canciones.

Antichrist Superstar se convirtió en el álbum que me acompañó en los recorridos de la casa a la universidad y de la universidad a la casa durante todo un año. 

Más o menos cuando me puse a escuchar algunos álbumes de Marilyn MansonPortrait Of An American Family cumplió veinticinco años de haber sido lanzado a la venta. 

Esta coincidencia me llevó a escuchar nuevamente Smells Like Children (1995), Mechanical Animals (1998), The Last Tour On Earth (1999), EAT ME, DRINK ME (2007) y a darle una oportunidad a aquellos álbumes que nunca había escuchado* e incluso a usarlo para dar un ejemplo en una de mis clases**.



Comencé a leer Long Hard Road Out Of Hell (1998) en agosto.






Terminé usándolo (inconscientemente) de ejemplo para hablar sobre trastornos de la personalidad en una clase de Estadística. 

Tomaba de guía un libro de Andrew Field y él tomaba como ejemplo los reality shows –en particular, Big Brother– para relacionar los trastornos de personalidad de los participantes con su probabilidad para ganar el concurso y también para hablar sobre cómo se deben interpretar las hipótesis nulas. 

Quería dejar clara esta idea, pero no sé si funcionó. 

Lo que sí pasó fue que me interesé en leer Long Hard Road Out Of Hell... 

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Holy Wood (2000) y The Golden Age Of Grotesque (2003).
**Usé varias fotografías que retrataban sus múltiples cambios de imagen, para hablar sobre una hipótesis nula en la que se consideraba que la psicopatía exhibida por los participantes de un reality show no difería de la psicopatía exhibida por la población en general y para explicar cómo se debía interpretar correctamente una hipótesis nula cuando es rechazada o aceptada.
***Kindefeld es sobre esta experiencia. 


Tenía un amigo que me prestó este álbum.
Cada vez que lo escucho, recuerdo esos primeros días en clases.  

sábado, 15 de junio de 2019